La Carga (Burden)

Mi noción de qué es ser hombre se inspira, como para muchos, en mi referente paterno. El carácter de mi padre modeló mi concepción de la masculinidad y cristalizó en el hombre que soy hoy. He tardado muchos años en asumir cierta autocensura emocional por miedo a ser identificado con atributos como débil o frágil que no “corresponden” a los valores de la masculinidad.
 
Con los años me he ido topando con más hombres heterosexuales como yo, que tampoco comulgan con el rol masculino predominante. Hombres con quien compartir conflictos, contradicciones y empatizar, a pesar de las diferencias; no solo desde la razón, sino conectado con las emociones.

La paternidad ha supuesto una oportunidad de repensarme como hombre, mi rol, mi sensibilidad y los valores que transmito a mi hija.
 
Hace unos años conocí a Rai Crespí, antropólogo y terapeuta que trabaja la cuestión de la masculinidad en talleres donde acompaña a otros hombres a parar, escucharse e iniciar procesos de autoconocimiento. Me interesó lo catártico y cinematográfico de la experiencia, pero también que su trabajo nace de su propia crisis personal, de su búsqueda. Le planteé hacer un documental que visibilizase a esos otros hombres que buscan otras formas de ser. Rai me puso una condición: que participase previamente y sin cámaras en uno de los talleres que realiza al año. Asistí al siguiente. La textura visual de los espacios, la entrega de los participantes y la emoción de los procesos que allí se dieron no me dejaron duda: en esos tres días se concentraban los ingredientes dramatúrgicos para un largometraje documental poderoso.
 
“La carga” es una película donde reconocernos como seres conflictivos, contradictorios y heridos. Hablo conscientemente en masculino, porque es a los hombres a quien más nos incumbe, pero estoy convencido que la película despertará gran interés entre el público femenino.